jueves, 1 de septiembre de 2011

LOS CÓMPLICES DEL CRIMEN DE CANDELA

 
   Muchas palabras, mucho blablá periodístico, mucho llenar espacios y, lo que es peor, mucha nada.    
    Creo que fundamentalmente es un problema con base social. Nuestra sociedad es muy hipócrita. Cuando suceden estas tragedias se rasga con mucha facilidad las vestiduras y se golpea fuertemente el pecho, pero no se replantea nada, sólo pide castigo y nunca prevención. Y la prevención viene de la mano de la ley, es decir, legalizando la prostitución se terminaría con el negocio de los proxenetas y de muchos casos de trata de personas. Con la legalización del aborto se terminaría con el negociado de una red de carniceros que en la mayoría de los casos no mata una persona sino dos. Con la legalización del consumo de drogas y el trato de la drogadicción como una enfermedad y no como un delito, se terminaría con el millonario negocio del narcotráfico. Con una ley que prohíba la publicidad de bebidas alcohólicas en todos los medios y sobre todo dirigida a jóvenes, se reduciría considerablemente el consumo de alcohol y sus consecuencias. Pero cada vez que se tocan estos temas, un alto porcentaje de la sociedad se escandaliza y se hace cruces con sólo pensarlo. Es justo decir que se parte de la sociedad está imbuida del pensamiento mediático que responde a intereses eternos en Argentina de instituciones como la Iglesia Católica a la que se suma ahora la Evangelista, a la Policía corrupta, al sistema de salud de prepagas o a los sectores más rancios y conservadores del sistema judicial y legislativo.  
   Estas son instituciones, corporaciones que buscan su propio beneficio económico y mantener su lugar de poder caiga quien caiga y pese a quien le pese. Pero existe la otra corrupción, la individual, la media y diaria, la que forma parte del “mientras tanto” que funciona paralelo a la gran corrupción y de dónde esta última se alimenta; porque “mientras tanto” muchos hombres siguen pagando por sexo, transformándose en prostituyentes y parte de un mundo oscuro y ruin del que son cómplices cada vez que callan y miran para otro lado cuando ven a una menor “laburando” en un tugurio. “Mientras tanto” el programa con más rating de la Argentina sigue brindando en forma fácil, gratuita y cómoda una amplia variedad de minas en bolas en bailes provocativos que deleitan al más normal de los tipos y recalientan a los más degenerados sin pensar que del otro lado de la pantalla hay absolutamente de todo, desde el padre de familia hasta el violador más psicópata.  “Mientras tanto”, muchas personas siguen comprando electrodomésticos, celulares, ropas, etc. etc. a muy bajo precio y muy probablemente producto de la piratería del asfalto. “Mientras tanto” miles de personas siguen pagando altas sumas de dinero por marcas de ropa que tienen esclavos en sus talleres de confección. “Mientras tanto” los medios de comunicación siguen sobornando a sus “fuentes” policiales o del ámbito judicial para obtener primicias sin importar poner en riesgo la vida de la víctima; el fiscal a cargo de la causa de Candela se preguntó delante de los micrófonos de los periodistas y dijo que se investigaría de qué forma medios accedieron al audio de la amenaza que escuchamos una y otra vez. 
  
  

   Y yendo desde el planteamiento general con el que comencé este posteo, al caso puntual de Candela, vemos que “mientras tanto” Facundo Arana, dolido por la muerte de la nena y sumamente indignado por el “fracaso de la cruzada solidaria", pedía explicaciones exacerbando con sus dichos a todos los que lo escuchaban y estaban conmovidos con la noticia, incitando indirectamente a salir a la calle a "pedir explicaciones" y dándole de comer a ciertos medios que lo único que querían era sacar un rédito político. Me pregunto, ¿qué hace la televisión y la fama con la gente? ¿Creyó que era Superfacundo y por ser él y nada más que él, le iban a decir dónde estaba Candela? ¿Qué creía, qué estaba en “un sol para los chicos? Ya hacía rato que se barajaba la hipótesis de que el padre podría tener algo que ver con eso, pero ellos seguían imbuidos en la idea de que con atender teléfonos encontrarían a la nena. ¿Los que integraron esta cruzada solidaria nunca escucharon las diferentes variantes del caso y pensaron que podría tratarse de un tema que nada tenía que ver con la desaparición de chicos?  Esto nos demuestra qué alejados viven algunos de la realidad cotidiana, creen que todo es ficción y puro cuento o novela. Es más, creo que esa "cruzada solidaria" provocó en gran medida que todo se desencadene de una manera tan trágica. Estoy totalmente de acuerdo con la difusión de las fotos de las personas desaparecidas, pero otra cosa es tener en todos los medios las 24 hs. del día un único hecho y hablando un montón de gansadas porque no se tenían datos concretos, solamente para llenar espacio. Los tipos estaban acorralados, y Candela viva ya se había convertido en una bomba de tiempo, más allá de los mensajes mafiosos y demás especulaciones; con el caso Yabrán pasó lo mismo, un alto capo mafioso terminó pegándose un tiro cuando se vio cercado por los medios, en conclusión, jamás supimos nada de los verdaderos motivos por los cuales mataron a Cabezas, jamás supimos nada de los verdaderos negociados y de los cómplices de Yabrán y, todavía, tenemos la duda sobre si está muerto o vivo, su muerte se convirtió en un mito y hay quienes dicen que lo vieron en alguna parte, como a Elvis Presley. A mí me gustaría que Juan Carr, persona a quien respeto muchísimo por su labor, nos dijera con sinceridad cuál fue el resultado de esa "cruzada telefónica"; dijo que en un día recibieron más llamados que los que recibió la policía durante el tiempo que llevaba en el caso, pero nunca específico cuántos de todos esos llamados fueron útiles, aportaron algún dato, dieron alguna pista para encontrar a Candela o algún otro chico, y cuántos fueron los cholulos que querían hablar con Arana o con Darín. Y así siguen los “mientras tanto”.    Todo lo sabemos y ante todo nos encogemos de hombros. Pero eso sí, después, cuando una víctima inocente de todo esta mugre sale en los medios y capta nuestra atención por unos días, pedimos castigo, justicia, pena de muerte hasta que por fin se la trague el olvido social y mediático como se la tragó a Marita Verón.





2 comentarios:

  1. Muy bueno y atinado el contenido de esta nota.
    A propósito de Juan Carr y de las buenas intenciones de los particulares y las ONG's como Red Solidaria y Missing Childrens, Cristina Fernández, homónima de la Presidenta, pero funcionaria del Ministerio de Justicia explicó por qué esas instituciones han ocupado un espacio dejado vacío por el Estado; por un lado, las desapariciones de personas en los 70 y 80, provocadas por el propio Estado terrorista, han generado desconfianza en la población, y más tarde, el menemato que aniquiló las instituciones estatales, dejó el terreno libre a estas otras como las nombradas. Por lo tanto, es necesaria una reparación, un cambio cultural, para que nuevamente sea (y valga la repetición) el Estado quien tome las riendas en casos como este. Amén de que aun falta erradicar la corrupción policial y judicial-
    Un gran saludo, Alejandra!

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  2. Es verdad, y ante todo este alboroto es bueno aclarar un poco las cosas y ver la página de estadísticas de Missing Children junto con Red Solidaria para ver cuánto realmente hay de inseguridad y cuánto no alrededor de este tema. Les dejo el link para que vean las estadísticas que se tiene esta institución actualizada el 30 de junio de 2011.
    http://www.missingchildren.org.ar/estadisticas.htm

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